Fecha
Martes a domingos. Del 12 de julio al 8 de octubre de 2023.
Horario
De martes a sábado de 11:00 a 21:00 y domingos de 10:00 a 16:00
Copias del abandono es un proyecto de largo aliento que analiza la arquitectura de la migración entre México y Estados Unidos.
La migración hacia el norte es una de las consecuencias de la desigualdad y de la violencia sistémica que se vive en el país. Los mexicanos son todavía el grupo más grande de migrantes radicados en Estados Unidos. Su desplazamiento continuo, a lo largo de varias generaciones, ha conformado lazos geográficos entre las localidades “expulsoras” y las “receptoras”. Copias del abandono se enfoca en una comunidad en particular, corresponde al 80% de los latinos que residen en el estado de Wyoming, los cuales son originarios de Tlaxcala, y en donde, curiosamente nace la palabra en náhuatl: tecpancalli, las casas reales.
No obstante, ejemplos como este se replican en todo el territorio nacional. El propósito de esta investigación es mapear, identificar y analizar las directrices y singularidades que dan pie a una reflexión en torno a las problemáticas de la vivienda en sociedades de flujo migrante por medio de interrogantes específicas: ¿Qué tipo de casa habitan los migrantes entre un territorio y otro? ¿Qué valor estético tienen? ¿Qué características vitales tienen los espacios que permanecen en un estado de ambigüedad, en donde no se sabe si la casa se está construyendo o se está abandonando y cuáles son los motivos? ¿Cuáles son las capas territoriales, sociales, culturales y políticas en este flujo arquitectónico?
El estudio muestra las diferencias y similitudes en el estilo de vida de los migrantes, sus aspiraciones individuales, su realidad social y los modelos de vivienda en ambos países. Existen tres momentos clave en las residencias, ya sean de paso o permanentes, de los migrantes a lo largo de su recorrido entre Tlaxcala y Wyoming, “estados hermanados”.
El primero es la Casa Habitada. Nos referimos a los remolques, a los cuartos de motel o a los sótanos donde viven los migrantes. Son lugares donde las amenidades son precarias y están destinadas a cubrir las necesidades más básicas. Los migrantes, por lo general, comparten el espacio entre dos o tres núcleos familiares con un parentesco o con lazos de trabajo. En muchas ocasiones, los integrantes se ven obligados a rotar de cama y viven bajo la constante amenaza de desalojo. Estos lugares que al inicio son temporales, se convierten en sus casas a largo plazo, son viviendas inestables y aisladas, las rentas representan la mayor parte de sus ingresos.
En segundo lugar están las Casas Modelo. Estas son las residencias de Jackson Hole, son mansiones millonarias, o Mc Mansions, construidas por los migrantes y que permanecen vacías diez meses al año. Las casas desocupadas requieren de un constante mantenimiento, proporcionado también por los migrantes a lo largo del año: cambio de sábanas cada tercer día y calefacción para proteger las tuberías. Estas casas sirven de inspiración arquitectónica y de modelo para la construcción de las casas soñadas.
Finalmente, tenemos la construcción de la Casa Soñada, esta puede durar décadas y la mayoría queda en obra negra por diferentes razones: sus dueños no pueden volver a México, los recursos son insuficientes o los familiares en Tlaxcala reciben amenazas por parte de grupos delictivos que detectan un ingreso. Estas casas recrean, bajo un espíritu anarquitectónico, los prototipos de las mansiones de Wyoming: escaleras curvas, techos a dos aguas, arcos, columnas, estacionamientos y jardines. Sin embargo, no cuentan con servicios públicos cercanos y el uso de suelo donde están ubicadas es de muy poco valor inmobiliario. El proceso de producción está regulado por un constante flujo de información y remesas. Los migrantes envían a sus familiares —además de dinero— fotografías, recortes de revistas y bocetos dibujados por ellos mismos que sirven de material de referencia para el diseño. El proyecto nos remite a la realidad de un crecimiento rural-urbano que no está regulado ni tampoco se somete a los parámetros de la planificación municipal que es autogestiva y libre. Los terrenos donde se construyen estos palacios por lo general se encuentran junto a las casas de sus familiares, en un gesto por recuperar al paisaje del olvido, de sentido de pertenencia y de presencia en un lugar donde ya no están pero vuelven constantemente. Es el reflejo de la pulsión vital y del deseo de no desaparecer.
En este sentido, el móvil de su trabajo, el ahorro y la inversión, es hacer realidad el ideal de una casa que quizá nunca lleguen a habitar, pero cuya construcción les motiva y complace, y además responde a la necesidad de pensar e imaginar una vida distinta a la que tienen. Los palacios están vacíos pero no vacíos de significado ni de sentido. Son esculturas habitables.
Copias del abandono permite explorar el reflejo del abandono del lugar de origen, de las rutas y flujos migratorios, del territorio temporal, de las familias que permanecen a la espera y de las mutaciones del paisaje. Somos testigos de estos espejismos en donde el hecho de que no haya arquitectos no significa que la arquitectura no exista. Los palacios son el resultado del trabajo y del esfuerzo por construir una casa propia, de la añoranza y del arraigo que los migrantes mantienen con sus familias y sus comunidades después de vivir años en el extranjero.
El intercambio material entre estos espacios es la prueba de una necesidad de imaginar una vida mejor y distinta de la real, donde la primera sirve como motivación para encarar a la segunda. El sueño de una vida mejor en otro lado, lejos, en otra casa. Dejar el lugar de origen y seguir la ruta migratoria de los que se van. Luego, la espera de los que se quedan y atrás, un paisaje siempre cambiante y despojado. Es la nostalgia y el deseo de no perderse en el camino, es la huella y el testimonio tangible de la arquitectura migrante.
Artista, investigadora y coordinadora de prácticas sociales. En los últimos años ha desarrollado diferentes proyectos en localidades de México, Colombia y Cuba. Estos se caracterizan por un marcado componente contextual, participativo y procesual, al ser pensados para comunidades y espacios específicos. Sus proyectos exploran las estrategias de resistencia y supervivencia como la auto-construcción y la auto-organización, donde se cruzan los saberes populares y ancestrales. Generalmente se desarrollan en largos lapsos de tiempo y están determinados por soluciones híbridas en la conjunción de saberes procedentes de la antropología, la arqueología, la sociología y/o la cinematografía. Sus investigaciones derivan en documentales, cine-arquitectura, instalaciones, fotografías, archivos y esculturas, dispositivos que funcionan como soporte y medio para el diálogo –cognitivo y disruptivo– donde se ensayan nuevos modos de enunciación y posicionamiento.
Realizó sus estudios de maestría en Liberal Arts (Urbanismo, Antropología y Estudios Postcoloniales) en The New School for Social Research, NY, EE.UU. Estudió la Licenciatura en Ciencia Política en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y en el área de Sociología, Filosofía e Historia en la Universidad de La Habana, Cuba. Tiene estudios de Literatura en la Escuela Dinámica de Escritores, en la Sociedad General de Escritores Mexicanos y en Historia del Arte por la Universidad de La Sorbonne, París. Ha realizado residencias artísticas en China, India, Colombia, Cuba y Estados Unidos. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en 2017 y 2022. Ha sido merecedora de varios reconocimientos y premios, fue seleccionada para representar a México en la 17ª Biennale di Venezia di Architettura, 2021; en la 6ta Trienal de Lisboa, 2022; en la 12va y 14va Bienal de la Habana, 2015 y 2022. Recientemente publicó su segundo libro “Arquitectura sin arquitectos”, Editorial Arquine, 2022. Actualmente realiza un documental-híbrido sobre procesos de despojo, desplazamiento y desterritorialización titulado Piedra, Agua, Bosque, Viento, Fuego.
Artista, investigadora, coordinadora
Sandra Calvo
Colaboradores
Familias migrantes (Tlaxcala-Wyoming)
Abraham Hernández Bautista
Blanca Hernández González
Lucia Bautista García
Julio Mauro Hernández
Blanca Estela Olvera
Evaristo Montiel
Domitila Montiel
Felipa Montiel
Ana Laura Robles
Alex Robles.
Pedro Popocatl
Arnulfo Popocatl
Narciso Popocatl
Alberta Díaz.
Vianey Tzompa
Elizabeth Tzompa
Juana Tzompa
Julio Tzompa
Efraín Tzompa
Axel Martínez.
Mireya Susano
Hugo Morillón García
Ángel Gabriel Beristain
Efraín Pérez Díaz
Vinculación
Carmina Oaks
Blanca Moye
Carla Vargumedo
Activista
Jorge Moreno
Colaboración en la concepción y producción de obra
Javier Hinojosa López
Equipo de trabajo
Museografía
Patricia Calvo
Diseño sonoro
Martin De Torcy
Asistente de sonido
Estefan Baltezan
Maquetas
Juan Lorenzo Rojas Carrillo
Rocío Pavan Gómez
Mariana Rojas Pavan
Mapa
Arturo Ocampo
Textos fragmentos
Tatiana Lipkes
Rótulos en muro
Martín Hernández Robles
Diagramas
Ricardo Nurko Javnozon
Juan Alberto González Rodríguez
Antonio Alejandro Martínez Ontiveros
Apoyo datos duros
Raúl Saavedra
Cámara
Livia Radwanski
Sonido directo
Kathryn Jeffords
Edición
Helena Kutter
Ildefonso Mercadillo
Corrección de color
Daniel Aldamiz
Elaboración estructura
Héctor Valenzuela
Enrique Valenzuela
Dialogante
José Manuel Prieto
Marcela Romero
Asistentes
Vania Rocha
Elizabeth Guerrero
Prensa
Eugenia Correa Morales
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