Es una película inclemente y directa que ofrece la visión de un mundo sin salir de un único espacio: el cuarto donde tienen lugar las consultas de un hospital infantil de la Ciudad de México. Escuchar a los niños y a sus padres durante las consultas nos permite tener una visión más profunda y extrema de la realidad social de México. Pero no sólo es un retrato del país. A través de la fragilidad de estos niños, la película toca la fragilidad de la naturaleza humana.