Juego de Pelota

Una exposición de Rodrigo Imaz

Fecha

Martes a domingos. Del 19 de agosto al 21 de octubre de 2023.

Horario

De martes a sábado de 11:00 a 21:00 y domingos de 10:00 a 16:00

La resignificación de un inmueble o espacio físico por medio de las obras de arte es una estrategia común del arte contemporáneo. Hay disciplinas que realizan esto en cada obra, por ejemplo el land art, que al trabajar en el espacio de la naturaleza configuran nuevos sentidos al generar piezas que se insertan en el paisaje. Muchas instalaciones se plantean dialogar con la historia de los inmuebles donde se construyen y exponen. Claro que esto no es exclusivo del arte actual; no sólo los curadores y artistas contemporáneos hemos realizado estos diálogos con el espacio de exposición, ya los pintores y la historia del arte lo habían concientizado desde hace mucho, pues pensemos que no es lo mismo realizar una pintura para el altar de una Iglesia Católica que un mural para un hospital o una escuela pública. La obra artística, por su fuerza expresiva y los modos de ser dispuesta, puede generar una relectura del espacio donde se despliega o exhibe. En Oaxaca, el pintor Rufino Tamayo realizó un gesto cultural muy interesante al elegir un inmueble que había sido una de las sedes de la Inquisición durante la colonia, para hacer ahí su museo de arte prehispánico con la colección que reunió a lo largo de su vida; De ese modo, el edificio desde el que se perseguían las creencias y expresiones artísticas y culturales de los pueblos precolombinos se convirtió en un recinto habitado por las esculturas, relieves y cerámicas que encarnaban los dioses y los objetos ceremoniales de dichas culturas.

La instalación de los balones de futbol reciclados en maceta justo encima del espacio donde antes estuvo la cancha de pelota central de la cultura Mexica, hoy debajo de la calle de Guatemala, dando a los edificios de la Catedral Metropolitana y los de la acera de enfrente que incluyen, por supuesto, al Centro Cultural España, abre la obra de Rodrigo Ímaz a un juego de significados muy amplio. Así, las acciones paralelas como la organización de un torneo de futbol rápido llamado «coladeritas” en el espacio callejero de la capital del país, justo sobre la calle donde antes se situó el Juego de Pelota alineado con el Templo Mayor, activa los significantes de restauración de un rito sagrado y cósmico de nuestras culturas precolombinas. Para los Mexicas y el resto de naciones indígenas que practicaban este rito lo que estaba en juego no era una competencia deportiva, sino el sostenimiento de un orden cósmico: se trataba de mantener el movimiento de los astros, en específico del sol, en su eterno ciclo de desaparición y renacimiento que encarna en la sucesión de días y noches. De ahí la importancia en las variantes ceremoniales del juego y podemos imaginar que esta cancha, al estar situada en el cuadrante central del Templo Mayor, configuraba un aparato metafísico que articulaba la ceremonia humana como participante del movimiento y la vida del Universo, un engranaje central en el mantenimiento de los equilibrios universales. Se dice que inclusive Moctezuma segundo, como autoridad suprema de la gran cultura Mexica, jugó ritualmente en esta cancha, colaborando así en ese engranaje entre hombre y cosmos.

La pelota, con sus significados solares para nuestros antepasados, adquiere en la propuesta contemporánea de Ímaz una connotación similar, al aludir mediante el reciclaje y la metamorfosis de los esféricos en macetas o receptáculos de plantas a la búsqueda de una manera de restaurar la vida de la naturaleza, en un mundo que ha ido destruyendo su hábitat por perder el respeto a la suprema deidad que es natura misma, hasta tenernos en la grave crisis ambiental que se manifiesta día con día. Sin pretender una reconstrucción cultural o religiosa de nuestro pasado prehispánico, la instalación resignifica también lo histórico, al situar encima de las edificaciones de la ciudad colonial erigida por los españoles una obra que articula conceptualmente un mensaje en la actualidad para restaurar el orden natural como en su esencia planteaba el juego de pelota ritual, que se planteó como una fuerza motriz capaz de ofrendar una serie de acciones rituales que permitieran el diario renacimiento solar para restaurar el espacio-tiempo cuando caía en la oscuridad nocturna. La obra de Ímaz nos interpela a todos: ¿cómo vamos a participar de la restauración de nuestro planeta que nosotros mismos alteramos día a día? Los equilibrios cósmicos están en juego.

Fernando Gálvez de Aguinaga

 

Rodrigo Ímaz (México, 1982) Utiliza el dibujo, el grabado, la pintura, la fotografía, la escultura, el cine y la instalación como medios para cuestionar y representar críticamente los acontecimientos contemporáneos. Su narrativa reflexiona en torno a la división entre naturaleza y cultura, el espectáculo como mediador de la sociedad y la huella del Antropoceno sobre nuestro planeta. Es licenciado en Artes Visuales (ENAP-UNAM) y Maestro en Práctica Artística (UPV Valencia, España) en ambos casos con Mención Honorífica. Estudió en el Centro Universitario Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM). Fue beneficiario del Programa de Beca para Estudios en el Extranjero (FONCA 2008) y en dos ocasiones el Programa de Residencias Artísticas (FONCA 2010 y 2013). Recibió apoyo de la Fundación Jumex para estudios de posgrado (2009). Recibió Mención de Honor en el Premio de la Juventud (INJUVE 2011) y apoyo para Desarrollo de Proyecto para el documental Juan Perros (IMCINE 2014).

Artista en residencia: Residencia Zanate en Colima, México (2020), Art Cube Artist Studios en Jerusalén, Israel (2017), International Studio and Curatorial Program ISCP de Nueva York (FONCA 2010), Art Omi de Nueva York (2013), Residency Unlimited de Nueva York (FONCA, 2014) y Flux Factory de Nueva
York (2014).

Exposiciones individuales recientes: «Nave de los Locos» Palacio de la Autonomía de la UNAM, México (2023). «Siempre, nunca» Talleres de Arte Contemporáneo TACO, México (2023). «Balón ponchado» Palacio de la Autonomía UNAM, México (2022). “Se pronostican fuertes lluvias” Talleres de Arte Contemporáneo TACO, México (2022). “Escombros” Galería Cultura Colectiva, México (2016). “Omen” President’s Gallery, John Jay College, Nueva York (2015). “Haciendo Agua” Galería Distrito14, Monterrey N.L., México (2012). “Invisible” Galería Luis Nishizawa, FAD-UNAM, México (2012). “Parvada” Galería La77, México (2011). “Cefalópodo” Galería Conejo Blanco, México (2010) “Ya no llueve” Galería Casa Frissac, México (2009). Ha participado en varias exposiciones en México, E.U.A., Argentina, España, Italia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Polonia, Chile y Colombia. En colaboración con Santiago Robles realizó: “Estas Ruinas Que Ven” Palacio de la Autonomía UNAM, México (2022). “Happy Milpa” Callejón de Arte, México (2021).

Filmografía: JUAN PERROS es Ópera Prima. MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL 14FICM Festival Internacional de Cine de Morelia, 2016. MEJOR ÓPERA PRIMA Festival Internacional de la Ciudad de México DocsMx, 2017. ESTRENO INTERNACIONAL 56 SEMAINE DE LA CRITIQUE del Festival de Cannes, 2017. MENCIÓN HONORÍFICA en Festival de Cine Documental Mexicano ZANATE 2018.

Experiencia Docente: 2019 a la fecha Profesor de Dibujo en la Escuela Superior de Cine EScine. 2015: Profesor Invitado por John Jay College de Nueva York. 2012: Profesor de Asignatura en el Posgrado en Artes de la Academia de San Carlos FAD UNAM. Materia: Dibujo, Mirada e Imagen.

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