La guerra no es un espectáculo

Conferencia impartida por Gervasio Sánchez

Fecha

Viernes, 6 de junio de 2025.

Horario

18 a 20 h.

Un fotoperiodista debe ser riguroso en la manera de plantearse su trabajo. Debe documentar las tragedias que ocurren a su alrededor y buscar otras formas de mostrar la realidad. No es necesario caer en el sensacionalismo para relatar el drama humano. Las víctimas tienen derecho a la dignidad y a nuestro respeto. Hay que mostrarlas de la manera en que nos gustaría que nos mostraran si estuviéramos en su lugar. Y si no están de acuerdo en aparecer en una historia, hay que respetar totalmente su decisión.

El periodismo, especialmente en el medio televisivo, está sometido a los vaivenes del comercio y, lógicamente, cada vez se aleja más de su obligación de informar. Hace veinte años, una historia duraba tres minutos en la televisión, y hoy apenas aparece como una cola de diez segundos. John Berger dice en su libro Otra manera de contar que “una fotografía es un lugar de encuentro donde los intereses del fotógrafo, lo fotografiado, el espectador y los que usan la fotografía son a menudo contradictorios”.

Cuando trabajo en contacto con el sufrimiento, mi objetivo es conseguir que ese encuentro deje de ser contradictorio o, al menos, permita alcanzar un equilibrio entre los diferentes intereses. Creo que la única manera de lograrlo es estableciendo un acuerdo tácito con los protagonistas de mis fotografías. Hay que personalizar sus dramas, sus desconsuelos, sus esperanzas.

La fotografía que retrata el drama humano —esencia de nuestro fracaso— debe evitar la esquematización, la frivolidad y el espectáculo. Vivir entre las víctimas te da otra perspectiva, porque acabas conociendo sus espacios mágicos, sus secretos mejor guardados, sus sueños inconclusos. Si no sufres el dolor, el grito de las víctimas, su digno silencio, ¿cómo puedes transmitir el drama con decencia?, ¿cómo puedes intermediar entre el dolor y el olvido, el horror y la banalidad?

Imparte

Gervasio Sánchez (Es)

Nacido en Córdoba en agosto de 1959, Gervasio Sánchez se licenció en 1984 en la rama de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde entonces ha trabajado como periodista independiente para diferentes diarios y revistas, especializándose en conflictos armados. Reside en la ciudad de Zaragoza desde la década de los ochenta.

Desde 1984 hasta 1992 cubrió la mayor parte de los conflictos armados habidos en América Latina. Desde 1987 mantiene una estrecha relación con “HERALDO DE ARAGON”. Ha trabajado como enviado especial de este diario aragonés tanto en la guerra del Golfo como en los distintos conflictos armados en la antigua Yugoslavia, África, Asia y América Latina. También colabora con la Cadena SER y el servicio español de la BBC desde 1994.

Dirige desde 2001 el Seminario de Fotografia y Periodismo que organiza la Fundación Santa Maria de Albarracín. Es Presidente de Honor de la Asociación Fotográfica Cordobesa (AFOCO) desde 2021. Es Miembro de Honor de la Universidad de Málaga. Es Maestro de la Fundación Gabo (Gabriel García Márquez). Es Ciudadano de Honor de la ciudad de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina).

 

 

Premios y nombramientos.

La Asociación de la Prensa de Aragón le otorgó por unanimidad en 1993 el Premio al Mejor Periodista del Año por su cobertura de la guerra de Bosnia.

El Club Internacional de Prensa de Madrid le concedió en 1994 el Premio al Mejor Trabajo Gráfico del Año por la cobertura de la guerra de Bosnia.

En 1995 le fue concedido el Premio de Andalucía de Cultura en su modalidad de Fotografía. El jurado destacó en el acta su «visión generosa y humanitaria, comprometida con el máximo rigor periodístico, ejemplo del nuevo periodismo que debe de impulsar a la futuras generaciones de fotógrafos».

En junio de 1996 le fue concedido el Premio Cirilo Rodríguez, el más prestigioso del Estado español para periodistas que ejercen su labor en el extranjero como enviados especiales o corresponsales permanentes.

En diciembre de 1997, la Asociación Pro Derechos Humanos de España le concedió el Premio de Derechos Humanos de Periodismo por su libro «Vidas minadas» y su trayectoria profesional.

El Ayuntamiento de Zaragoza acordó en septiembre de 1998 concederle el título de «Hijo Adoptivo» en «reconocimiento a los excepcionales méritos contraídos en el ejercicio de su actividad como fotógrafo en la que ha destacado por su sensibilidad social y su denuncia de los horrores de la guerra».

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) le nombró durante la celebración del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en diciembre de 1998, «Enviado Especial de la UNESCO por la Paz» por «el extraordinario testimonio que ofrece mediante la fotografía del calvario que padecen las víctimas de las minas antipersonas y por su infatigable promoción de una cultura de la paz al sensibilizar a la opinión pública mundial sobre la necesidad de proscribir estas armas y de ayudar a los mutilados a reinsertarse en la vida cotidiana».

En julio de 2001, la Diputación Provincial de Zaragoza le concedió la Medalla de Oro de Santa Isabel de Portugal por “su trayectoria periodística y su compromiso a favor de la víctimas de la guerra”.

En abril de 2004, el Gobierno de Aragón le entregó la Medalla al Mérito Profesional como “reconocimiento a sus meritorios trabajos como fotógrafo y periodista especializado en conflictos internacionales que le convierten en los ojos y la conciencia de la opinión pública”. Además, “como testigo de este convulso siglo XXI representa la cultura, el riesgo y el compromiso de los corresponsales de guerra al servicio de la verdad”.

En noviembre de 2005, recibió el Premio LiberPress en reconocimiento a su labor “en favor de la libertad de prensa y la denuncia de las injusticias”.

En enero de 2006 fue galardonado con el Premio Javier Bueno otorgado por la Asociación de la Prensa de Madrid.

En abril de 2008 se le concedió el Premio Ortega y Gasset de Fotografía por la fotografía Sofia y Alia publicada en Heraldo de Aragón y el Magazine de La Vanguardia. El jurado reconoció “la calidad de una imagen que ha sabido reflejar con fuerza expresiva la fragilidad e indefensión de las personas sometidas a la arbitrariedad y brutalidad de los conflictos bélicos”.

En enero de 2009 recibió el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de fotografía por una instantánea de la serie Vidas Minadas, 10 años sobre el drama que sufren las víctimas de las minas. El jurado reconoció “el compromiso social” de quien ha convertido este tema “en una causa personal”.

En marzo de 2009 recibió el primer Premio Proyecto Hombre a la Solidaridad.

En mayo de 2009 recibió el Premio Libertad de Expresión que otorga la Unió de Periodistas Valencians.

En junio de 2009 la Asociación de la Prensa de Córdoba le concedió el Premio Córdoba de Periodismo por “la calidad y trascendencia periodística de sus trabajos y por su denuncia de la violencia”.

En octubre de 2009, el Consejo General de la Abogacía española le concedió el Premio Derechos Humanos en la categoría de medios de comunicación.

En noviembre de 2009 recibió el Premio Nacional de Fotografía por unanimidad. El jurado valoró “su continuada labor a favor de la justicia y especialmente por su trabajo sobre las minas antipersona” y reconoció “su aportación a la fotografía de reportaje y cómo a través de ella se dignifica a las víctimas fotografiadas, con una mirada particular que enaltece los mejores valores del fotoperiodismo”.

En febrero de 2010 recibió el Premio Humanitario de la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera.

En junio de 2010 recibió el Premio Mirada Social en la Muestra Internacional de Cine y Derechos Humanos junto a los documentalistas Lluís Jené y Oriol Gispert, autores del documental Vidas Minadas, basado en el proyecto fotográfico de mismo nombre.

En abril de 2011 recibió el Premio Internacional Julio Anguita Parrado por “su independencia, su excelencia periodística y por ser capaz de mantener una clara conciencia cívica y un permanente compromiso cívico”. El jurado también quiso “reconocer en su figura el valor del trabajo de los reporteros gráficos”.

En mayo de 2011 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad Social, condecoración aprobada por el Consejo de Ministros en un Real Decreto.

En septiembre de 2012 recibió el Premio Save The Children por “su compromiso humanitario”.

En febrero de 2013 su libro Antología recibió el Premio Cálamo Extraordinario.

En mayo de 2013, la Cátedra de la Unesco de la Universidad de Málaga le otorgó el Premio Libertad Prensa 2013 “por su dignidad profesional en la denuncia de situaciones que obstaculizan el pleno derecho de la opinión pública a ser informada de forma libre y veraz».

En junio de 2013 la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (ANIGP-TV) le galardonó con el premio “Periodista de Radio” por su trabajo en la Cadena Ser.

En mayo de 2014 la Asociación de la Prensa de Almeria le concedió el Premio Libertad de Expresión por considerarlo “vivo exponente del periodismo libre, riguroso, comprometido y honesto”.

En junio de 2014 recibió el Premio Bartolomé Ros “por su fotografía humanista, su compromiso ético y profesional con los conflictos actuales y su impulso a las promoción del fotoperiodismo”.

En junio de 2014 recibió el XX Premio Ones Mediterrània por “su labor como periodista y fotógrafo captando con su cámara la verdadera realidad de los conflictos bélicos”.

En diciembre de 2014 se le concedió el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad Pública de Navarra por documentar «la cruel realidad de los conflictos bélicos más importantes de las últimas décadas del siglo XX y los comienzos del siglo XXI» con “absoluta independencia de los poderes fácticos”.

En abril de 2017 se le otorgó el Premio Gernika por la Paz y la Reconciliación coincidiendo con el 80 aniversario del bombardeo durante la guerra civil porque “a través de su mirada no ha enseñado a ver la crudeza de la guerra y sus consecuencias entre los más vulnerables y desprotegidos”.

En noviembre de 2017 recibió el Premio José María Portell a Libertad de Expresión por “su labor como fotoperiodista en conflictos armados y por su sensibilidad social y su denuncia de los horrores de la guerra».

En noviembre de 2018 recibió el Premio José Antonio Labordeta de Comunicación.

En abril de 2019 recibió el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de radio junto a Conchi Cejudo y Javier del Pino por el serial Vidas Enterradas emitido en A Vivir que son dos días, de la Cadena Ser. El jurado, que concedió el galardón por unanimidad, valoró “la espectacular factura, la enorme sensibilidad en la realización así como la realización sonora sobresaliente y un sonido cuidado”, además de destacar “el valor histórico de los testimonios”.

En mayo de 2019 recibió la Medalla de Oro de Cruz Roja Española por “su reconocida trayectoria de compromiso y contribución a la mejora de la vida de las personas”.

En septiembre de 2019 fue galardonado con el Premio Solidarios ONCE “por sus meritorios trabajos como fotógrafo y periodista especializado en conflictos armados, dando testimonio de lo que sucede en las guerras y, sobre todo, en las posguerras.

En marzo de 2020 recibió el Premio Andaluz de Fotografía por parte de la Federación Andaluza de Fotografía en reconocimiento por “la extensa y brillante trayectoria profesional y por la influencia que ha tenido en la fotografía cordobesa, andaluza, española e internacional”.

En marzo de 2020 fue galardonado con el Premio “Comunicar con valores” otorgado por el arzobispado de Zaragoza por “su ejemplar y dilatada trayectoria profesional, en la que, con una mirada rigurosa, humilde, honesta y comprometida, ha denunciado realidades silenciadas, ha puesto voz y rostro a miles de víctimas indefensas y ha brindado un seguimiento a sus trabajos difícil de encontrar en el sector, ya que ha vuelto –y vuelve- al lugar de los acontecimientos décadas después, poniendo en riesgo su propia vida”.

En octubre de 2021 fue galardonado con el IX Premio de Periodismo “Cátedra Manu Leguineche” y profesor honorífico de la Universidad de Alcalá de Henares por su dedicación a una profesión “en cuyo ejercicio destaca de forma sobresaliente un fuerte componente vocacional, que se manifiesta en su continua e inquebrantable defensa de los periodistas, de la libertad de información y de expresión y de los derechos humanos, en particular, de las violaciones de los mismos desde el punto de vista de las víctimas de los conflictos armados de cualquier naturaleza y localización geográfica”. El jurado también señaló en su fallo que, “después de varias décadas informando en conflictos armados, realizó la cobertura por todo Aragón, particularmente en Zaragoza, durante los meses más duros y letales de la Pandemia, siendo la primera vez que cubría acontecimientos de manera regular en su país de origen”.

En octubre de 2023 el Ayuntamiento de Sarajevo le nombró por unanimidad Ciudadano de Honor de la ciudad en reconocimiento «a la valentía y la audacia de un hombre que, con sus fotografías y reportajes, transmitió la verdad desde la sitiada Sarajevo”.

En diciembre de 2023 recibió el XIX Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara a la Trayectoria Profesional y fue nombrado Miembro de Honor de la Universidad de Málaga.

En marzo de 2024 recibió la Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión de La Rioja y del Ayuntamiento de Logroño. Fue nombrado Socio de Honor de la asociación.

En abril de 2024 recibió el Premio Pilar Blanco concedido por Comisiones Obreras y la Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo. Se valoró su independencia y su denuncia permanente de la implicación política y económica de los estados en las guerras y el tráfico de armas.

En noviembre de 2024 recibió el Premio a su trayectoria profesional en los Encuentros de Fotografía de Gijón.

En noviembre de 2024 se le otorgó el Premio Internacional de Fotografía Alcobendas por unanimidad. El jurado reconoció “la creatividad y su especial forma de mirar», además de la cualidad de “afrontar situaciones comunes de los conflictos armados en cualquier lugar del planeta”. El jurado recordó que “sus fotografías muestran siempre una aparente cotidianidad con un estilo inconfundible que provoca que la imagen impacte sin caer en el sensacionalismo ni en la frivolidad.

 

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