Las Huertas invita a distintas mujeres a compartir sus oficios y reflexiones sobre la equidad, la invisibilidad de los oficios femeninos y, primordialmente, la violencia de género escudriñando diálogos desde el vínculo del afecto y desde la crónica de la emoción hacia la empatía.  Esta escultura social de Benito Salazar Guillén, construye un espacio libre de violencia hacia la mujer a través de una interacción orgánica y lúdica, un espacio creado desde la identificación sensible y desde de las inteligencias comunitarias, un sitio que genera nuevas interacciones ciudadanas desde el diseño participativo donde los usuarios le otorgan distintos significados al proyecto, todo a partir de los ideales que cada uno tiene y que expresará de maneras creativas. Una escultura social concebida como una plataforma de intervenciones gestuales sonoras femeninas en el #CCEMx.

Para esta ocasión se parte de rituales de identidad cultural concebidos por un par de gremios musicales: las mujeres sonideras y las mujeres mariachi.

En el CCEMx habrá un baile de 4 horas con 8 sonideras tradicionales y profesionales, acompañadas de 8 agrupaciones femeninas de baile urbano, donde se montarán lonas sonideras de las anteriores participantes a manera de estandartes de gremio. Mientras las sonideras hablen se proyectarán nombres de mujeres asesinadas y la ubicación donde aconteció el crimen, dentro de los saludos sonideros se citarán fragmentos de narraciones hechas por mujeres violentadas.

Ese día se regalarán 100 ejemplares de la pieza-publicación Apariciones Marianas, único documento existente sobre mujeres sonideras, esta segunda edición contendrá más investigaciones de sonideras y se le añadirán crónicas breves de mujeres violentadas. Dicha edición será publicada por la Editorial Violeta de Denisse Anzures, proyecto que posibilita la profesionalización del  interés de Denisse por las letras, frente a circunstancias adversas como la educación o la situación social.

La invisibilidad que envuelve a las mujeres las relega y anula sus diálogos, la violencia de género o el feminicidio ejemplifican lo anterior. Esta situación acontece también en la música, y se manifiesta en una bajísima inclusión de género, la violencia y el acoso.

La intención es propiciar un espacio donde las experiencias de las mujeres mencionadas llenen al #CCEMx para proponer acciones creativas de experimentación y dinámicas sociales encaminadas a una apropiación simbólica de la institución desde rituales y el ejercicio de sus oficios musicales.

Esta pieza explora la complejidad comunitaria de los valores afectivos enmarcados en el deseo de la no violencia de género, a través de códigos abiertos a la reflexión desde un ágora instalada en el Espacio X y conferencias en Sala Panorama, invitando a re-pensar y re-conocer la violencia que suele permanecer aislada del diálogo social, todo ello en un ambiente donde se comparte y se disfruta.

Es necesario establecer y mantener nuevos canales de diálogo hacia el reconocimiento de la violencia de género. Estas comunidades con características afines comparten maneras similares de comprender y construir significados a partir de la experiencia. El #CCEMx  establecerá un intercambio intelectual comunitario, alentando la diversidad de lecturas y la creación de significados personales de cada visitante, promoviendo la inclusión de diversas voces y participando desde los propios intereses de estas mujeres.